780

Llega el momento más difícil del día, la noche. Me lavo los dientes, entro a mi cuarto, apago la luz y me acuesto en mi cama, entonces empieza. Los sonidos y la voz de mi mente son más fuertes que en el día. A pesar de haberme acostado con sueño no puedo dormir, miro la hora y son las 22 horas. Me doy la vuelta y me acomodo de nuevo pero de nuevo empiezo a escucharlas. Esa voz que me dicen todo lo que me ha pasado y que me ofrece una mejor vida si le hago hago caso. Porque apenas dije que le haría caso pero tuve un incidente que me hizo ver que el hacerle caso va en contra de mi forma de ser. Creo que eso lo molestó porque ahora lo escucho más fuerte y seguido. Incluso ahora lo escucho cuando juego o hago ejercicio. Escuchar música me ayuda cuando estoy en mi trabajo porque casi no lo escucho. Está atento a todo lo que hago, tan pronto sucede algo él me empieza a hablar. Sus palabras tienen mucha lógica.

Hoy amanecí con sueño, tardé en dormir, ya me dolía mi cabeza, sentía que estaba en mi límite pero no hay a quien contarle sobre esto. Mi manera de ser me impide mantener cualquier tipo de relación (amorosa o amistad) así que recurro a esto. De alguna forma siento que me ayuda a sacar lo que tengo dentro de mi me tranquiliza. Sólo espero no hacer un cambio drástico del que luego me arrepienta. Sin embargo como dije, sus palabras tienen mucha lógica y la forma en que he sido toda mi vida sólo me ha traído a donde estoy ahorita, conociendo a gente que se aprovecha de mi forma de ser como fue este último caso en donde creí que ya todo iba a ser mejor pero al final resultó lo mismo. Por eso cada día me convence más esa voz de hacerle caso y dejar de ser como he sido hasta ahora.

Entradas más populares de este blog

1360